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Cuando niña, en México, a Sofía Gutiérrez le dijeron que no necesitaría educación más allá de la escuela primaria, por lo que nunca continuó estudiando. Pero a medida que avanzó en la vida y se transformó en madre de dos curiosos niños, se dio cuenta de que la educación no era algo frívolo, sino necesario.

En la actualidad, Sofía realiza trabajo voluntario como madre embajadora en Cicero, y enseña a madres y padres locales esta lección que transforma vidas.

“Creo que si la mentalidad de mi padre hubiese sido ‘Sí, puedes estudiar o profundizar tu educación’, hubiese triunfado o avanzando más en la vida. Ojalá hubiese tenido eso, alguien que me dijera ‘Puedes hacer más’”, expresó Sofía a través de un traductor.

“Este es el motivo por el que me enfoco en ella [en la educación], a fin de decirles a otros miembros de la comunidad que incentiven a sus hijos y reconozcan que su apoyo significa mucho en la vida de sus hijos”, agregó.

Al ir puerta a puerta y visitar la biblioteca, los parques y otros lugares públicos, Sofía y los padres embajadores trabajan juntos para compartir la importancia de la educación temprana. Como parte del Comité de educación temprana, brindan a otros padres información sobre las oportunidades y los servicios disponibles para sus hijos. Asimismo, las madres organizan Café Conchas, o café para padres, todos los meses para conectarse con los padres locales y enseñarles temas específicos relacionados con la seguridad y el éxito académico de sus hijos.

El Comité de educación temprana es posible gracias a la Red de vecinos de Cicero, una coalición de residentes, escuelas, líderes escolares, proveedores de servicios sociales y otras partes interesadas que trabajan conjuntamente y resuelven las necesidades más apremiantes de sus vecinos.

En Cicero, la Red apunta a crear escuelas comunitarias que satisfagan las necesidades diversas de las familias y mejoren los resultados académicos para los estudiantes de Cicero. Las mamás locales, como Sofía, impulsan este trabajo a través de su participación como padres y sus enseñanzas.

“Me gusta la unidad del grupo. Me gusta que estamos todos juntos. Siento como si fuéramos una familia”, dijo Sofía. “Todos vamos en la misma dirección (acercar a los niños a los programas) y todos tenemos algo bueno que aportar. Juntos podemos marcar una diferencia”.

Si bien se describe a sí misma como una persona sin educación, Sofía tiene vastos conocimientos y una energía eufórica para motivar a los niños de Cicero. Esto es impulsado por el amor hacia sus hijos y por el impacto que la educación preescolar tuvo en su hijo.

Cuando el niño era pequeño, estaba repleto de energía. Al reconocer que el pequeño necesitaba una forma productiva de enfocarla, alguien alentó a Sofía a inscribir a su hijo en un programa de aprendizaje libre en su vecindario. No le tomó mucho tiempo canalizar su entusiasmo y desarrollar amor por el aprendizaje.

Hoy en día, él y su hermana han obtenido becas para la escuela secundaria, y Sofía tiene un sentido del propósito al transmitir estas lecciones a otros padres.

“Me hace sentir fuerte”, dijo Sofía acerca del trabajo. “Ayudar a los niños, eso es lo que me ayuda a crecer”.

Cuando usted apoya a United Way, empodera a las mamás locales, como Sofía, quienes están construyendo comunidades más fuertes a través de la participación de los padres y la educación en la comunidad. ¡Haga su aporte hoy mismo!